Por Alejo Rivas Devecchi
Nota para El Español en Australia el 24 de agosto 2004
El próximo domingo se realizará, en el Showground de Fairfield, el tradicional festival uruguayo en conmemoración de la independencia del Uruguay. Habrá, como todos los años, varios espectáculos y representaciones tradicionales del paisito (o lo que aquí nos llega).
Pero cabe leer un poco de historia, para descubrir que es lo que realmente estamos festejando.
Como muchos sabrán, todo comenzó en 1724, cuando algunas familias portuguesas se asentaron en la bahía que luego habría de llamarse Montevideo. Bruno Mauricio de Zabala, virrey del río de la plata, mandó atacarlos y echarlos de esas tierras.
Los portugueses fueron vencidos y Zabala ordenó crear un asentamiento fortificado que daría origen a la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo fundada oficialmente con su propio Cabildo el 1º de enero de 1730.
En 1807, fueron los ingleses quienes ocuparon Montevideo, pero cuando intentaron tomar a Buenos Aires, resultaron derrotados y obligados a abandonar sus anteriores conquistas. En 1808 Montevideo formó un gobierno independiente del virreinato pero fiel a España.
Pero es José Gervasio Artigas quien, en 1815, proclama la independencia de la Banda Oriental. En “El uruguay pastoril y caudillesco en la primera mitad del siglo XIX”, el profesor Barrán reseña los acontecimientos que condujeron a ese episodio.
De 1811 a 1814 los orientales lucharon contra España procurando, con el auxilio bonaerense, ocupar Montevideo. Pero en enero de 1814, Artigas decidió que el objetivo de la Revolución no podía ser sustituir un despotismo con otro, y abandonó las tropas de Buenos Aires frente a Montevideo, que cayó en poder de los porteños en junio.
Artigas hizo entonces la guerra contra Buenos Aires, auxiliado por las provincias ribereñas del Uruguay y del Paraná, Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, seducidas por las ideas federales. La lucha fue desde entonces entre los federales, que eran republicanos, y los bonaerenses que eran centralistas y monárquicos. En 1815, con la victoria de Guayabos, Artigas logró que los porteños devolvieran Montevideo a los orientales, y ese año pudo gobernar todo el país.
Es entonces que nace el paisito independiente, el estado que formado por la nación que se originó en el éxodo de 1811, cuando los orientales acompañaron en su redota al Gran Viejo, protegidos por los guerreros charrúas.
En setiembre de 1815, Artigas dictó el famoso, aunque poco difundido, “Reglamento provisional para el fomento de la campaña”, que repartió las tierras de los enemigos de la Revolución, "malos europeos y peores americanos, entre los mas infelices", siendo preferidos los indios, negros libres y "criollos pobres". A cada uno se le entregaría una “suerte de estancia” con la obligación de construir un rancho, dos corrales y sujetar el ganado de rodeo. Fue así dictada la única reforma agraria que ha realizado el país.
Las confiscaciones de grandes estancias que precedieron a los repartos abonaron el odio que hacia Artigas y sus seguidores comenzó a sentir la vieja clase alta del período colonial.Esa clase alta que tanto hizo por recibir, en 1816, al invasor portugués.
Desde entonces hasta 1820, Artigas debió enfrentar la invasión del Imperio portugués asentado en Río de Janeiro. Los lusitanos, deseosos de ocupar el territorio oriental que desde temprano disputaron a España, también invadieron por el temor a que el sur del Brasil se contagiara de los principios republicanos y federales. El invasor portugués contó con el beneplácito de Buenos Aires y terminó con derrotar a Artigas en 1820.
Las autoridades brasileñas, empero, concluyeron por desilusionar a las clases altas que criollos vieron poco a poco como el invasor portugués prefería a los lusitanos en los repartos de tierras y en las concesiones comerciales. Renació entonces el sentimiento antilusitano, fuerte en una población de origen español que venía combatiendo los avances portugueses desde el siglo XVII.
En abril de 1825, esta vez con el apoyo de la oligarquía nacional, se inició la segunda etapa de la Revolución cuando los 33 orientales invadieron el país y en pocos meses sublevaron todo el medio rural contra los brasileños que siguieron ocupando Montevideo. Luego de las victorias de Rincón y Sarandí, el gobierno de Buenos Aires apoyó oficialmente a los orientales y entró en guerra con el Brasil a fines de 1825.
La nueva Revolución oriental fue encabezada por Juan A. Lavalleja, quien a partir de entonces se convirtió en el mayor terrateniente que estas tierras hayan conocido; y rápidamente se plegó su par, Fructuoso Rivera, primer presidente del nuevo país y fundador del partido Colorado; famoso genocida que tuviera a su cargo del extermino de los últimos charrúas, e intentara infructuosamente (pese a su nombre) asesinar a Don José Artigas.
Esa es la fecha que se conmemora el domingo, la anterior ha sido totalmente olvidada, o escondida. El nacimiento del país oligárquico, el de los banqueros y los terratenientes. Diametralmente opuesto al creado por Don José, y que para beneplácito de los antepasados de nuestros actuales gobernantes, derrotaran los portugueses y lo sumieran en el exilio permanente.
Es el país que se declara contra Cuba, que succiona obedientemente las medias de los representantes del imperio del norte. El país que, de un modo u otro, expulsó a todos y cada uno de los que van a Fairfield a rendirle homenaje. El país de la paradoja, diría el Corto Buscaglia.
lunes, diciembre 19, 2005
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