lunes, diciembre 19, 2005

Dos temporales, dos presidentes

Por Alejo Rivas Devecchi

(Nota publicada en El Español en Australia el 13.9.05)

Según los medios de comunicación masiva, el huracán Katrina fue el mas devastador de la historia de los Estados Unidos. Pero una segunda mirada al desastre, muestra que no fue la acción directa del huracán la que causó tal destrucción sino sus consecuencias, aunque estas podían evitarse.

Muchos analistas alrededor del planeta plantean posturas que demuestran que esta no es una catástrofe natural, sino una generada por la falta de planificación y previsión. Peor que eso, el mayor problema, el que costó mayor número de vidas, fue la falta de recursos en el país más rico del planeta.

Manuel Castells, es catedrático y director del Instituto Universitario de Sociología de Nuevas Tecnologías en la Universidad Autónoma de Madrid y catedrático de Planificación Regional de la Universidad de California (Berkeley). Él explica que la mayor violencia del huracán no azotó directamente New Orleáns, la situación de emergencia fue causada por las inundaciones ya que esta cuidad está construida bajo el nivel del mar entre lagos y el río Missisipi. Su protección natural de marismas ha sido erosionada por el desarrollo inmobiliario. El ex presidente Clinton declaró una amplia área no edificable, pero Bush eliminó la disposición federal y la erosión se acentuó. Hace tiempo que los expertos denunciaron que los envejecidos diques necesitaban reparación. Pero los trabajos costarían 14.000 millones de dólares, lo que cuestan dos meses y medio de la invasión a Irak, por lo tanto no se hicieron.

El año pasado, Cuba aguantó el huracán Iván, el quinto en intensidad en la historia del Caribe. La actitud de las autoridades cubanas, fundamentalmente su presidente, fue realmente diferente a la de las norteamericanas en ocasión de Katrina. Cuba evacuó 1,8 millones de personas, más de un 15 por ciento de la población total de la isla, y evitó totalmente la pérdida de vidas. Un 78 por ciento de los evacuados fueron alojados en casas particulares, bienvenidos por aquellos que vivían en zonas más seguras. El presidente de Cuba, Fidel Castro, trabajó personalmente desde que se supo de la posibilidad de que Iván alcanzara la isla, en la prevención y el planeamiento de la evacuación de los posibles afectados. Todos los medios de transporte y supervivencia fueron proporcionados por las autoridades cubanas. El resultado valió el esfuerzo, no se perdió una sola vida. La ONU declaró esta operación como un modelo para la prevención de desastres.

Muy por el contrario, el actual presidente norteamericano ni siquiera interrumpió sus vacaciones por la llegada de Katrina. Bush siguió divirtiéndose, asistiendo a cenas con sus cofrades millonarios y a festivales musicales mientras New Orleans se hundía con sus habitantes dentro. Las autoridades se limitaron a informar a la población de la necesidad de evacuar la ciudad, pero no proveyeron los medios para realizarla. Una ciudad en la que más de un 20% de los habitantes es pobre y mas de 100.000 personas no cuentan con un vehículo propio.

La gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco,decidió que, para resolver la situación, era necesario el envío tropas que mantuvieran el orden. “Estas tropas recién llegaron de Irak, bien entrenadas y con experiencia, probadas en batalla”, dijo Blanco, y agregó: “están armadas con M16, saben disparar a matar y están más que deseosos de hacerlo si es necesario, y yo espero que lo hagan”.

Por su parte Bárbara Bush, esposa del ex presidente George Bush padre y madre del actual mandatario, dijo: “ Mucha de esta gente, usted sabe, eran carenciados de todos modos, así que esto está funcionando muy bien para ellos”, dejando claro cual es la postura de la élite dirigente respecto al desastre.

Otras voces, como la de Pascual Serrano, se alzan para preguntar porqué los países mas pobres del mundo deben enviar ayuda al mas rico. En un artículo publicado por el prestigioso diario digital español “Rebelión.org”, Serrano se pregunta porqué un país como Bangladesh, donde la mitad de su población de 140 millones vive con menos de un dólar diario, dona un millón a los EUA, el equivalente a 7,7 minutos de guerra en Irak.

Es clarificante comparar las diferentes actitudes frente a una amenaza, un gobernante que se ocupa de la seguridad de sus ciudadanos y evita totalmente la pérdida de vidas. El otro se dedica a las cenas de gala y las fiestas mientras se envían a la zona afectada 25.000 bolsas para cadáveres; esperemos que no haya que usarlas todas.

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