lunes, diciembre 19, 2005

Relaciones entre Uruguay y Argentina, un triste papel

Por Alejo Rivas Devecchi



Publicado por El Español en Australia el 10.12.2005

Hace varios meses que Uruguay admitió la instalación de dos plantas industriales dedicadas a la fabricación de papel sobre la costa del río Uruguay, en el departamento de Río Negro. Inmediatamente, Jorge Busti, gobernador de la provincia argentina de Entre Ríos, inició gestiones a todo nivel para impedir la instalación de estas industrias argumentando que son contaminantes y afectarán a su provincia. Con el pasar de los meses las cartas ocultas se han ido develando y a Busti le quedan ya pocas “razones” en las que amparar su reclamo.

Desde el principio de este episodio, Busti recibió el apoyo total del presidente Nestor Kirchner, cuyo gobierno hizo incluso gestiones exitosas ante el Banco Mundial para detener un crédito solicitado por el estado uruguayo para obras de infraestructura relacionadas a estas industrias.

El gobierno de Entre Ríos apeló a todo tipo de recursos contra este proyecto. El 27 de setiembre se llegó incluso a organizar un acto infantil, que denominaron el “Grito Blanco”. Ese acto reunió a miles de alumnos de escuelas primarias, colegios secundarios y jóvenes, en las costas del río Uruguay. Participaron niños con uniforme escolar rechazando la instalación de estas industrias. En la ocasión, el noticiero de Canal 13 de Argentina entrevistó a los niños de primaria que, llorando, decían que no querían que se instalaran estas plantas porque entonces la región quedaría inhabitable y ellos tendrían que irse a vivir muy lejos de allí, así se lo habían asegurado sus mayores.

Otra de las medidas del gobernador Busti consistió en impedir, el 11 de noviembre, la exportación a Uruguay de dos naves de hormigón destinadas a una de las dos fábricas de papel.

Pero el climax de esta controversia se había alcanzado el sábado 29 de octubre, cuando el gobernador de Entre Ríos decidió poner en tela de juicio la honestidad del gobierno uruguayo sugiriendo la existencia de “algún incentivo” para que el Ejecutivo uruguayo aceptara la instalación de las plantas de celulosa en Río Negro. Esto colmó la paciencia del canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, quien convocó a su embajador en Buenos Aires. El canciller argentino, Rafael Bielsa, hizo lo mismo con el embajador argentino en Montevideo. “Busti traspasó los límites que el gobierno uruguayo considera imprescindibles para las buenas relaciones con el vecino país”, afirmó Gargano en esa ocasión. La situación fue revertida dos días después, cuando un arrepentido Busti declaró a los medios que había sido malinterpretado, que él se refería al beneficio en desarrollo que Rió Negro obtendrá de la instalación de tales plantas.

El tono de la discordia empezó a bajar de intensidad desde ese episodio hasta llegar, junto a la credibilidad de Busti, a su punto mínimo la semana pasada, concretamente el 22 de noviembre, cuando el matutino bonaerense La Nación publicó un artículo que prueba que este gobernador había tenido, en 1996, conversaciones con empresas interesadas en instalar fábricas de papel en Entre Ríos. Las noticias publicadas en 1996 en la prensa argentina hablaban de varias visitas de empresarios internacionales que habían hecho avances para la instalación de celulosas en esa provincia, el propio Busti otorgaba incentivos especiales para la instalación de industrias, entre ellas las celulosas.

Dos días después de publicado este artículo, Busti entró en controversia con los otros gobernadores argentinos, Ricardo Colombi de Corrientes y Carlos Rovira de Misiones. Rovira, en cuya provincia funcionan tres empresas de este tipo, dijo que Busti "utiliza el tema de las papeleras en Uruguay con fines de especulación política"..."Las industrias forestales pueden crecer en un contexto de desarrollo sostenible, compatible con la preservación del ecosistema y respetando las leyes", agregó Rovira.

Ricardo Colombi, el gobernador de Corrientes, está en tratativas con una empresa chilena interesada en construir una papelera en el departamento correntino de Santo Tomé. El director de Recursos Forestales de Corrientes, Luis Mestres, aseguró que no habría riesgo ambiental en la construcción de fábricas de papel, "La tecnología actual permite fabricar papel sin riesgos", dijo a La Nación.

Por su parte, el gobernador de Entre Ríos niega haber manejado la posibilidad de instalar ese tipo de industrias en su provincia y rechaza la versión de La nación argumentando que “todo es falaz, mentiroso y quizá tiene que ver con los fuertes intereses de las papeleras Botnia y Ence". Con cada vez menos argumentos y más enemigos, el político entrerriano continúa su oposición a la inversión extranjera más grande de la historia del Uruguay, lo del título, un triste papel.

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