lunes, diciembre 19, 2005

El Museo viviente de las identidades fetichizadas

Publicado en El Español en Australia en setiembre 2003

Por tercera vez , se presentó en Sydney la comunidad interdisciplinaria de artistas rebeldes “La Pocha Nostra” (www.pochanostra.com). Este año su tabajo fue puesto en Preformance Space, y co-presentado por Carnivale.

Por Alejo Rivas Devecchi

Este espectáculo se plantea en base a interrogantes como:

¿Cuáles son los futuros formatos para el arte de presentación?

¿ Es posible recuperar la posibilidad del cambio en una sociedad como la nuestra, en la que todos los cambios implotan o son instantáneamente comunificados?

¿Es posible hacer arte socialmente pertinente en la cara de la globalización fallida, la censura gubernamental, la cultura del pánico, la interacción sin sentido y la pasividad generalizada de la ciudadanía?

Esta presentación apuesta al shock inicial, y lo logra perfectamente. La primera impresión es de desagrado, uno se pregunta donde se metió. Al poco rato uno se acostumbra al ambiente antiestético y comienza a leer los símbolos, que están presentados en forma evidente, algunos , otros requieren una segunda lectura. Hay evidentes referencias a los símbolos nacionales y su relación con la explotación del ciudadano. Fuertes alusiones al papel de la religión como agente represor y de dominación. Los llamados “especimenes culturales”: Oriental Warrior Terrorista Señorita, The Revolving Specimen Jar, Sister Australis Domesticada Mongrolis, El Mad Mex Techno-Shaman, Genetically modified Habiba, presentan símbolos de guerra, tortura, esclavización inteligentemente vinculados a la sexualidad grotesca transmiten mensajes claros y directos.

Se nota la influencia del los dramaturgos como Stanislavsky, y Grotosky que sustentaron las tendencias teatrales de los sesenta y setenta. Según la opinión de Gerardo Rodríguez, dramaturgo uruguayo radicado en Melbourne, el ambiente en general aparece como un revival de los espectáculos de entonces.

Conversamos con algunos de los asistentes que, en su mayoría, disfrutaron del espectáculo. Lara nos dijo que había leído claramente los símbolos alusivos a la religión, al abuso de poder del gobierno, a la política belicista. Explicó que para una chica criada en Sydney, educada en un colegio católico, es una presentación muy reveladora.

Luego del “telón” tuvimos oportunidad de conversar brevemente con Guillermo Gómez Peña, el director de Pocha Nostra.

─ ¿Cuál es el mensaje clave de este espectáculo?

─ No hay un solo mensaje, hay muchos, es una exploración en muchas direcciones. Por un lado estamos explorando el modo en que los medios de comunicación globales fetichizan , demonizan, o romantizan ciertas identidades marginales. Por otro es una exploración de los deseos y de los temores de la s sociedades que se autoproclaman como “civilizadas u occidentales” –y en estas incluyo a Australia- piensan al “otro”, como lo fetichizan sexualmente, como lo comodifican, como lo convierten en una estrategia de mercado.

Por eso nos hemos planteado la creación de una serie de personajes, que son como collages o pastiches de fragmentos tomados de los medios de comunicación que tiene que ver con los tiempos que corren.

Utilizamos, en estos personajes, la sexualidad como una metáfora para analizar estas relaciones de poder.

─ Vimos muchos símbolos característicos de Australia, supongo que no presentan el mismo espectáculo en todo el mundo.

─ Por supuesto que no. Nosotros vivimos de gira como artistas nómadas, y adonde lleguemos creamos una tropa efímera de artistas locales. En este caso trabajamos con quince artistas australianos, dos de ellos naturales de Australia, el resto inmigrantes. En diálogo con ellos, exploramos sus problemáticas y elaboramos estos personajes que son una respuesta representativa. La obra que viste hoy es única, sólo puede existir en este momento en este lugar, de hecho cambia diariamente.

La semana que viene volvemos a San Francisco y la obra reflejará la problemática de allá, luego nos vamos a Cuba, etcétera.

─ ¿Cuánto tiempo de producción lleva un trabajo de este nivel de complejidad?

─ Nosotros trabajamos durante seis meses en contacto vía Internet con la tropa local. Luego vamos al lugar y terminamos la producción en dos semanas de trabajo intensísimo, mas de 12 horas diarias.

El nuestro es un espacio vivo, basado en un sistema sí, pero que va respondiendo diariamente a los estímulos del medio. Por ejemplo esa novia sadomasoquista que viste deambulando por ahí nos entregó la propuesta para su personaje dos horas antes de la función de hoy.

Estamos buscando una nueva manera de hacer arte, un teatro que responda a las necesidades y retos de nuestra época. Nuestras presentaciones son como una combinación extraña de un evento comunitario, un evento de galería, un desfile de modas, una feria, un museo, una obra de teatro; es como un collage, también, de muchas formas de cultura popular que permiten que la gente tenga una relación activa con el espectáculo.

─ ¿Cómo fue la respuesta del público en Sydney?

Maravillosa, tú lo has visto, muy lúdica, profundamente participativa. Como viste en la segunda mitad invitamos al público a que nos ayude a crear imágenes, a tomar decisiones, a que se vistan o desvistan; de alguna manera les planteamos interrogantes políticos y éticos y juntos buscamos respuestas.

Sin duda, un espectáculo abrecabezas, le vendría bárbaro a la mayoría de la comunidad hispanoparlante al menos asomarse.

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