lunes, diciembre 19, 2005

Aborto terapéutico en Argentina

Por Alejo Rivas Devecchi

La Suprema Corte argentina otorgó autorización para que una mujer de 35 años fuera sometida a una operación para interrumpir su embarazo. La paciente tenía graves problemas cardiovasculares y de obesidad, su médico tratante le había recomendado interrumpir el embarazo porque peligraba su vida.

La resolución fue tomada por un voto dividido de la Suprema Corte, seis votos favorables y tres en contra. El presidente del alto tribunal, Héctor Negri, votó contra la autorización que a su criterio “significa una condena a muerte a una persona por nacer”.

Por su parte el ministro de Salud, Ginés Gonzáles García, calificó la decisión de “buena noticia”, se lamentó por “la enorme cantidad de cosas que han tenido que hacer esta pobre mujer y sus médicos tratantes para obtener esa autorización”, y agregó: “más allá de este caso, es un debate necesario, que estuvo dormido muchos años, ojalá se resuelva felizmente como en esta ocasión”.

Desde que la administración Kirchner asumió en la Argentina, el tema del aborto ha estado en el tapete, con tímidos indicios reformistas del gobierno, que chocan con una férrea oposición de parte de la iglesia. En esta situación, vale analizar la situación mundial en números concretos.

Según el Portal Jurídico Argentino, en el mundo contemporáneo hay, en grandes rasgos, cuatro tipos de reglamentaciones respecto al aborto: liberal, poco limitada, restrictiva y totalmente prohibitiva. Cuarenta países tienen legislaciones del tipo liberal. En ellos el aborto está permitido casi sin excepción. Lo integran Estados Unidos, Canadá, Holanda, Austria, Noruega, Grecia, Dinamarca, Vietnam, Cuba y China, entre otros.

Es importante aclarar que, el hecho que el aborto no sea penado no significa que en estos países sea más frecuente que en los que lo castigan. De hecho, el reconocimiento de los derechos reproductivos de la población, acompañado por una educación sexual masiva y un amplio acceso a los métodos anticonceptivos, hace que el número de abortos sea menor. Claro ejemplo es Holanda, el país con menor porcentaje de abortos en el mundo.

En el segundo grupo, la práctica está poco limitada. Hay varios motivos que habilitan el aborto legal como: la protección de la vida y la salud de la madre, la violación, el incesto, las razones eugenésicas (daño fetal) y factores sociales y económicos. En este grupo figuran Gran Bretaña, Alemania, Italia, España, Japón, Israel, Sudáfrica, la India, Barbados y Belice, entre un total de 31 países.

Son 59 los países que admiten sólo cuatro causas de excepción: riesgo de vida de la mujer, motivos eugenésicos, salud mental de la mujer y violación o incesto, entre ellos Argentina, Brasil, México, Arabia Saudita y Tailandia. Más restrictivos aún son los 45 países que admiten solamente la excepción para salvar la vida de la madre, como Nigeria, Egipto, Venezuela, Irán, Indonesia y Afganistán. Sólo en 15 estados el aborto está totalmente prohibido: Chile, Honduras, Filipinas, Somalia, Haití, República Dominicana, Andorra y El Vaticano entre ellos.

Las diferentes restricciones al derecho al aborto, incluso su total prohibición, tampoco ayudan a prevenir su realización. Según una investigación de la Organización Mundial de la Salud, cuatro millones de mujeres inducen abortos al año en América Latina y una de cada mil muere como resultado. El informe agrega que 800 mil mujeres latinoamericanas son hospitalizadas cada año por complicaciones a consecuencia de abortos realizados en condiciones desfavorables. El 21 por ciento de las muertes relacionadas con el embarazo, parto o posparto son causadas por malas condiciones en la práctica de abortos.

Católicas por el derecho a decidir

Pero no todos los que profesan la fe cristiana están de acuerdo con las autoridades del Vaticano, ni en contra del derecho de la mujer a decidir sobre su salud reproductiva. Católicas por el Derecho a Decidir es una organización que agrupa mujeres cristianas con mas de 20 años de actuación en Estados Unidos, América Latina y, más recientemente, en España. En su intervención en las Jornadas de esta asociación, Paloma Alfonso argumentó que por más que la jerarquía católica se esmere en prescribir prohibiciones, la población católica del mundo ejerce su sexualidad de las formas más diversas y, en muchos casos, en clara oposición a esos preceptos.

Alfonso continuó diciendo que, según las autoridades de la Iglesia, el aborto es un asesinato. Esto implica considerar al feto una “persona”, que es exactamente lo que no hace la propia iglesia. No se bautiza el feto de un aborto involuntario, ni se practican ritos funerarios para ellos. Además la Iglesia considera lícita la guerra justa, la pena de muerte, la defensa propia, porque considera que el principio del respeto a la vida está limitado en ciertos casos.

“Nos identificamos con la definición de los derechos reproductivos adoptada en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo celebrada en el Cairo en 1994, que reafirma el derecho de las mujeres a tomar sus decisiones reproductivas. Y estamos comprometidas con la defensa de los derechos de las mujeres aunque eso implique una polémica con una jerarquía cuyas prácticas resultan absolutamente obsoletas en el siglo XXI”, terminó Alfonso.

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