sábado, febrero 17, 2007

Una computadora para cada niño (con hambre)


Por Alejo Rivas Devecchi

El proyecto “Una computadora por niño” (one laptop per child, OLPC) es el desafío asumido por un grupo de organizaciones académicas y de la industria de la información para, como su nombre indica, proveer a cada niño pobre con una computadora portátil. A sólo tres meses de la concreción inicial surgen críticas y comentarios suspicaces a propósito de este programa.

El proyecto es desarrollado por OLPC, una organización sin fines de lucro basada en Delaware, EEUU, creada por catedráticos del Laboratorio de Multimedia del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), para diseñar, manufacturar y distribuir los ordenadores portátiles, que cuenta con el apoyo de Google, AMD, Red Hat, News Corp, Brighstar y otras empresas.

La computadora prometida fue diseñada en el MIT, está basada en una plataforma de Linux y diseñada especialmente para ser usada por un niño marginal en un ámbito marginal. Por eso se puso especial atención en reducir al mínimo las necesidades de energía de la máquina, lo que se logró mediante la utilización de una pantalla de alto rendimiento. La mínima energía necesaria es a su vez producida independientemente de cualquier red de distribución. La pequeña “máquina verde” cuenta con un cargador similar a un “yoyo” que la provee de la energía necesaria para funcionar. Tiene además un dispositivo de inalámbrico que le permite conectarse a Internet desde cualquier sitio e independientemente de cualquier servidor.

Esta computadora, también llamada Ordenador Portátil de Bajo Costo (OPBC), cuesta 100 dólares, con toda su tecnología de punta incluida. Según sus creadores, se ha logrado un precio tan bajo gracias al uso de una novedosa pantalla dual, más eficiente y más barata que las actuales LCD, que incluso puede ser utilizada a plena luz solar. También se eliminaron todos los programas y sistemas innecesarios para simplificar el sistema. Por último, el hecho de que serán vendidas por millones, directamente a los ministerios de Educación, es decisivo para lograr un costo mínimo.

Efectivamente, las “máquinas verdes” se venderán sólo a gobiernos, para ser distribuidas a los niños que no tienen acceso a su computadora propia. Los primeros países que participan del programa y recibirán los primeros cinco millones de computadoras en julio de 2007 son: Brasil, Argentina, Uruguay, Nigeria, Libia, Pakistán y Tailandia. Aunque ya hay planteos de comercializarlas, como por ejemplo el de venderlas al doble de su precio, de modo que cada venta financie una máquina para un niño que no la puede comprar.

Por su parte, académicos de los países del tercer mundo ven el proyecto con escepticismo, Sarah Wilson, especialista en América Latina de la organización de ayuda Christian Aid, opinó al respecto: "Parece una idea muy buena, el problema es que en muchas comunidades, por ejemplo en Bolivia, no hay electricidad, ni siquiera mesas en las escuelas. Tener tecnología está muy bien, pero hay cosas más urgentes que los niños necesitan antes de tener una computadora".

Efectivamente es fácil entender que de poco puede servir llevar computadoras a hogares donde falta la comida, el agua y la asistencia sanitaria que, conviene recordar, son el 80 por ciento del planeta. Para familias que viven con menos de un dólar diario, es ridículo pensar que una computadora de cien dólares puede durar mucho, antes que los mayores la comercialicen a cambio comida, en el mejor de los casos.

Pero a los poderosos del mundo industrial eso les importa poco, ellos no saben lo que es vivir en un hogar donde un día sí y al siguiente también, falta comida en la mesa. Lo que sí saben es que se están perdiendo cinco mil millones de consumidores y harán lo que sea para conseguirlos.
 
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