sábado, julio 29, 2006

Malta y Australia: dos países, una misma actitud

Por Alejo Rivas Devecchi (www.alejo.info)

El pasado viernes 14, el pesquero español "Francisco y Catalina" rescató 51 inmigrantes ilegales africanos que viajaban en un cayuco rumbo a Europa. Desde entonces la opinión pública internacional asistió atónita a un tire y afloje entre países de la región, donde cada estado intentaba eludir su responsabilidad ética de asistir a los necesitados.

La embarcación, que flotaba sin gobierno a 100 millas al sureste de la isla de Malta, transportaba 43 hombres, ocho mujeres (dos embarazadas) y un niño de dos años, todos subsaharianos. La mayoría proviene de Eritrea, un país que atraviesa un sangriento conflicto armado con Etiopía; esta situación ha generado la crisis humanitaria de la que estas personas trataban de escapar. Los pescadores, honrando la tradición del mar, rescataron a los náufragos sin dudarlo; y sin siquiera sospechar que estaban convirtiéndose en protagonistas de un incidente internacional, se dirigieron a tierra.

Con los rescatados a bordo, pusieron proa al puerto de La Valleta, capital de Malta, que era el más cercano, para desembarcarlos y poder seguir su faena. Pero el gobierno de Malta no entiende de honor de marinos ni de solidaridad con los necesitados, a menos de 20 millas de la costa los interceptó una patrullera que les impidió llegar a puerto y les comunicó que ese país no admitiría el desembarco de los náufragos.

Entonces comenzó la negociación, diplomáticos españoles, por la bandera del barco, malteses, por la proximidad al rescate, libios, porque el episodio sucedió en aguas de jurisdicción de rescate de ese país, y de otros estados de la Unión Europea (UE), estuvieron varios días negociando el reparto de estas personas tal como si fueran una mercancía no deseada. El jueves 20 se alcanzó finalmente un acuerdo, España acogería 15 inmigrantes, Libia 10, Italia a 10 y Andorra a ocho, los ocho restantes se quedarían en Malta.

Así que el viernes a la mañana, luego de recibido el permiso para entrar a puerto, el Francisco y Catalina se dirigió a La Valleta, pero sus esperanzas fueron frustradas a sólo 15 minutos de camino por una contraorden que exigía que el barco se retirara a no menos de 12 millas del puerto. Al parecer Italia había aprovechado la negociación para conseguir que España se hiciera cargo de 40 marroquíes sin papeles, que están en ese país, de lo contrario no admitiría los 10 náufragos que se había comprometido a recibir.

Recién el viernes a la tarde terminó de solucionarse el diferendo y dos aviones militares españoles transportaron el sábado a 46 de los 51 náufragos desde La Valeta a varios destinos. Uno hizo escala fue en Crotone, Italia, donde desembarcó a 12; el otro voló directo a Barcelona, donde se quedaron otros cinco, con destino final Andorra, y los 29 restantes fueron acogidos en Madrid.


El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, elojió "el valor y la generosidad" de los pescadores, calificando su actuar como "un ejemplo de solidaridad". El capitán José Durá López,
y los tripulantes fueron galardonados con la medalla de oro de la Cruz Roja y ya figuran entre los candidatos a recibir el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2006 propuestos por el eurodiputado socialista Antonio Masip.
La opinión pública no sale de su asombro. Radio nacional de España organizó una encuesta sobre el tema entre sus oyentes. La mayoría de los participantes deploraron la actitud de Malta y se preguntaron cómo las autoridades de la UE admiten que uno de sus estados miembros desde eluda su responsabilidad humanitaria tan impunemente y hasta lo considere un triunfo.

La situación recuerda tristemente al episodio que tuvo lugar en Australia en 2004 con los 400 náufragos afganos rescatados por el buque noruego Tampa. En aquella ocasión el gobierno conservador de John Howard, se negó a recibir a los inmigrantes sin papeles que huían de la situación de guerra generada en su país por la invasión de la coalición militar liderada por Estados Unidos y apoyada por Australia. Los náufragos fueron embarcados en el buque de guerra australiano Manoora y transportados a la isla de Nauru, donde la mayoría fueron desembarcados contra su voluntad. Los soldados llegaron a arrojar a los hijos de los inmigrantes por la borda para que sus padres se avinieran a abandonar el barco.

Bautista Molina, segundo armador del Francisco y Catalina, recibió hoy una carta que le escribieron los rescatados en la que expresan su gratitud, "Gracias por salvarnos la vida, fue una buena idea" dice una parte del texto. Molina, claramente conmovido, leyó la epístola a los medios de comunicación españoles y comentó que nunca dudó acerca de lo que debía hacer y que, pese a los inconvenientes que este rescate le ha acarreado, si se presentara una situación similar en el futuro volvería a hacer exactamente lo mismo. “Hemos hecho lo que teníamos que hacer. Estamos agotados, pero tenemos la conciencia muy tranquila", dijo Molina y agregó "Lo volvería a hacer diez veces".

El País (Madrid)
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