sábado, noviembre 25, 2006

España celebra treinta y un años sin el dictador



Por Alejo Rivas Devecchi

El pasado 20 de noviembre se cumplieron treinta y un años de la muerte de Francisco Franco. Este individuo, que asoló al país con una sangrienta dictadura instalada con el apoyo nazi luego de el asalto y destrucción de las instituciones democráticas de la República Española, no es ya muy recordado en el país que destrozó.

La indiferencia fue la característica predominante en el treinta aniversario de la muerte del dictador, no lo nombraron los informativos, no se escuchó comentar nada a la gente en la calle, nadie le asignó importancia porque hoy en día ya no la tiene.

Pero asociaciones quienes bregan por no perder la memoria histórica, personas y asociaciones que intentan evitar que la falta de justicia impida completar la reconciliación de los españoles contemporáneos. Según Emilio Silva, fundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), su asociación busca "cerrar una cicatriz que en España todavía no se ha afrontado con madurez". Su abuelo fue la primera víctima republicana que pudo ser identificada usando una prueba de ADN, en 2003 cuando se retomó un trabajo interrumpido hace 25 años. "Al inicio de la transición hubo exhumaciones, pero se acabaron el 23 de febrero de 1981, con el intento de golpe de Estado. Ha tenido que llegar nuestra generación de los nietos para retomarlo", comenta Silva al respecto.

En alusión a las críticas de la derecha a su trabajo, que alega que se intenta desenterrar la discordia nacional, Silva aclara que su trabajo no se trata de abrir heridas, "si la transición hubiera hecho sus deberes no existiríamos.” Los militantes de esta institución entienden que la transición no ha terminado aún, y que no terminará hasta que se conozca la verdad de cada caso. Los políticos, por su parte, justifican la falta de justicia aludiendo a las circunstancias en que se realizó la transición de la dictadura al régimen de monarquía constitucional que hoy dirige al país, y alegan que fue la única manera de lograr un pasaje pacífico. Pero la ARMH plantea que se debe subsanar esa omisión para que el estado de derecho sea realmente tal. "Hay que reparar lo que entonces no se pudo hacer, ése será el final de la transición", explica su fundador.

A los ojos del mundo la justicia española resulta contradictoria, o al menos parcial. Por un lado sus jueces e instituciones jurisdiccionales pretenden, con todo derecho, reclamar responsabilidades a los terroristas de estado latinoamericanos. Así lo ha hecho el juez Garzón, que pidió la extradición del genocida chileno Augusto Pinochet, y la de varios represores argentinos por sus crímenes en sus respectivos países durante las dictaduras que asolaron esa región entre los años 70 y 80. Pero cuando se trata de asuntos internos, la justicia en España brilla por su ausencia. No se ha juzgado a los exterminadores fascistas, ni siquiera se ha averiguado a fondo la verdad acerca de los miles de crímenes del estado dictatorial. Hoy en día, las familias que pretenden llegar a conocer esa verdad deben hacerlo a su propia cuenta y coste, España ha privatizado al justicia histórica.

Pero algunas injusticias teóricas al menos empiezan poco a poco a revertirse. La Universidad de Santiago de Compostela, anunció el pasado 10 de noviembre que ha retirado al dictador de su lista de ilustres honoris causa. En un comunicado oficial, esta prestigiosa institución educativa indicó que Francisco Franco Bahamonde "no reúne méritos científicos ni personales para ostentar dicho honor y, en consecuencia, se le retira de esta Universidad y del libro de honores". Una decisión honrosa para esa casa de estudios, y un merecido olvido para un triste personaje que ya nadie quiere recordar.

0 comentarios:

 
Free counter and web stats