miércoles, diciembre 03, 2008

Tabaré I asumió el poder absoluto en Uruguay



Alejo Rivas Devecchi - Madrid - 11/17/2008

La semana pasada, el parlamento uruguayo aprobó por diferencia de un voto en la cámara de Diputados y por cuatro en el Senado la ley de Salud Sexual y Reproductiva que autorizaba el aborto dentro de las doce primeras semanas de gestación; pero el presidente Tabaré Vázquez, en contra de la opinión de su propio partido y de todos sus votantes, vetó la ley.

De haberse promulgado esta norma que despenalizara el aborto, Uruguay habría sido el primer país de América del Sur con este avance en legislación reproductiva y hubiera servido de antecedente para otros países del área que tienen esperanzas de lograr una ley similar; pero su presidente decidió alinear su posición política a la de la derecha y negar a los uruguayos la ley que su parlamento aprobó.

Amplios sectores de la población salieron a las calles a manifestarse en contra de la decisión presidencial. Al grito de «Plebiscito», «Estado laico», «Somos democracia, no somos monarquía», varios miles de personas se reunieron el viernes 14 en la Plaza Libertad, en el centro de Montevideo. La Comisión Nacional de Seguimiento, Mujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía (CNS) fue la organización convocante bajo la consigna: «Nos juntamos para protestar ante este acto de autoritarismo que implica un retroceso enorme para el sistema democrático del país y para manifestar nuestra más profunda indignación ante la actitud del presidente de la República.»
Por su parte, los dirigentes de derecha y la jerarquía de la Iglesia Católica felicitaron públicamente la decisión del presidente y la asumieron como un triunfo de los sectores más reaccionarios de la política uruguaya.

Pese a la prohibición que el presidente Vázquez defiende con su veto, en Uruguay se practican 30.000 abortos al año. Este tipo de intervenciones se realiza en clínicas clandestinas que amasan fortunas y están protegidas por una policía absolutamente corrupta, que recibe a cambio de esta práctica mafiosa fuertes sumas y ha garantizado que el sistema funcione desde 1938. Pero muchas mujeres uruguayas no pueden reunir los 500 a 1000 dólares que cuesta la intervención en las clínicas «protegidas» del sistema policial. La mayoría de los embarazos no queridos se producen en los sectores de menores ingresos y las madres no pasan en muchos casos de los doce años. Buena parte de esos embarazos son consecuencia de violaciones que nunca se denuncian porque son perpetradas dentro del ámbito familiar, por padres o padrastros. Estas niñas embarazadas acuden entonces a otro tipo de «clínicas», por llamarlas de algún modo, que no cuentan con la asepsia, los profesionales y la protección policial que tienen las clínicas «oficiales». En esas intervenciones muchas de estas niñas mueren, pero eso a los legisladores derechistas y al presidente les importa poco; las mujeres de su clase social no corren riesgos, ellas acuden a las clínicas oficiales a deshacerse de sus «indiscreciones»



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La maternidad infantil es uno de los mayores problemas sociales en los sectores pobres de la sociedad latinoamericana. Según un informe al respecto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la mayoría de las «niñas madres» son pobres y no cuentan con ayuda del padre, ni de familia, ni del estado para la crianza del niño. Esta situación «dificulta la inserción social de las madres adolescentes, exacerba las desigualdades de género y potencia el círculo vicioso de la pobreza», asegura el informe.

Las consecuencias de este veto van mucho más allá de la no promulgación de la mejor ley que votó el parlamento uruguayo en varias décadas. Los votos con que la coalición de izquierdas Frente Amplio, y por supuesto su presidente, accedieron al poder se componen de los votantes de la izquierda y de eventuales votantes nuevos descontentos con las últimas gestiones de los partidos tradicionales. Gran parte de estos últimos están muy frustrados con la gestión del presidente Vázquez, pues la implantación del Impuesto a las Retribuciones de las Personas Físicas (IRPF) gravó a la clase media, cosa que ningún gobierno había hecho antes. Con esta última decisión, Vázquez consiguió perder también el apoyo de muchos tradicionales votantes de izquierda. En resumen, la decisión del actual presidente compromete seriamente el futuro de la izquierda en Uruguay y muchos se preguntan cual es la verdadera intención oculta detrás de este veto.

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