lunes, enero 23, 2006

Ahijuna por el repecho vienen llegando ya los porteños

Por Alejo Rivas Devecchi

Ya hace demasiado que los titulares en el paisito están monotemáticos. Papeleras, plantas de celulosa, Busti, contaminación, desarrollo sustentable, cortes de ruta, bloqueo de frontera. Esas, y muy pocas palabras más, en todas las combinaciones posibles , tomadas de a cuantas quepan en la línea del titular, vienen monopolizando, desde hace rato ya, la primera plana. En las últimas semanas se les ha sumado el tema del libre comercio con Estados Unidos, aunque en menor grado. Parece que los políticos no quisieran hablar más que de esos temas.

El público en general, los que visten de civil, y cobran sueldos (itos) civiles, asisten con asombro a la sobreinformación acerca del único tema que ha puesto de acuerdo a los uruguayos en muchos años, y se preguntan qué sucederá a continuación. El presidente uruguayo afirma que “no nos vamos a dejar patotear”, el gobernador Busti; que en este tema parece mandar más que el presidente argentino, asegura, por su parte, que detendrá el mayor emprendimiento económico de la historia del Uruguay. De hecho, se ha tomado el trabajo de arruinar sensiblemente la temporada turística.

Muchos uruguayos, que recuerdan las lecciones de historia escolares y arcaico-liceales, ven resurgir los tiempos en que Uruguay no era aún República, sino Provincia, y ya se asustan creyendo encontrar en las caras que aparecen en los informativos, miradas astutas que ocultan a duras penas reales intenciones anexionistas. “Estos quieren revivir el Virreynato”, dicen algunos, “Los yanquis no van a perder su estado tapón”, se tranquilizan otros. La cosa es que el tema está en las mentes de todos, los porteños nos pueden estar por invadir.

Planteada esa posibilidad, es interesante analizar las consecuencias que tendría en la gente como uno, como uno que no tiene laburo o el sueldo no le da para vivir, que son los más. En primer lugar está el aspecto militar. No cabe duda que el ejército oriental, cuya mayor estrategia consiste en la succión de yerbamate en homónimas calabazas, adoptaría una de dos posibles actitudes: ya cambiar la banderita del uniforme y seguir dedicados a succionar la patriótica infusión, o emprender la honrosa retirada, a la velocidad que las circunsatncias ameriten. Que pelear, ya todos sabemos que ellos sólo pelean contra estudiantes, profesores, artistas y obreros, preferentemente desarmados. Además, plan Cóndor mediante, no se pueden olvidar que los hermanos argentinos son compañeros de armas, y entre fantasmas no se van a andar pisando la sábana.

Por eso muchos piensan que deberíamos empezar a hacer planes para volver a vivir en la Provincia Oriental. Otros, que se niegan a aceptar un dominio tan boludo ¿viste?, ya están barajando los posibles destinos para el Éxodo del Pueblo Oriental, versión siglo XXI. A Paraguay parece haber un concenso de no ir, la mayoría no quiere dedicarse a tomar mate a la sombra de un ibirá-pitá, ni se sienten líderes de los pueblos originarios de esta Americalapobre. Hay si, una gran tendencia de exilio en portugués, con marcada inclinación a la costa del Brasil. Los que así piensan sólo tendrían que hacer el esfuerzo de trocar su lugar de vacaciones y residencia permanente, y agregar “iño” al final de todas las palabras que saben. Claro que la mayoría se inclina por la Madre Patria, aunque desconozca tratados, al menos la comida es excelente, y no hay peligro inminente de reemplazo del himno nacional por cumbia villera. Y sí, los que conocen las bondades de las tierras cangurezcas, poco tienen que pensar, allá tendrán chusmerío barato, asado dominguero, y cumbia mataoídos, no van a extrañar mucho al paisito.

Así es que, más que éxodo, esta vez sería un desparramo indiscriminado, que de algún modo vendría a actuar como reunión familiar con exilados previos y parientes lejanos, esa parte olvidada de la familia que no vino a hacerse la América. El Uruguay de futuro entonces, se asemejaría a la doble ciudad dispersa que fué la Montevideo del sitio de la Guerra Grande, y los caminos a los centros extramurallas ya no se llamarían Camino de Maldonado, Camino al Paso del Molino, o al Buceo, sino Varig, Iberia, Qantas, Air France; sería como avanzar en la ya iniciada tercerización de las rutas nacionales, digamos.

Así compatriota, que piense en ir tomando una decisión, ya quedarse en Montevideo ocupada y acostumbrarse al teatro de revistas y los piquetes cotidianos; o buscar nuevos horizontes, que de última, lo hicieron nuestros abuelos y ellos no tenían la amenaza de volverse porteños. Al fin y al cabo ya lo dijo premonitoriamente el Cuarteto de Nos, “No sería ningún deshonor, ser el primer oriental desertor”.

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