Por primera vez desde la invención de la Iglesia como instrumento de dominación y explotación alguien plantea publicidad tendiente a que la gente cuestione las "verdades" de la secta de fundamentalistas católicos.
Obviamente los fanáticos religiosos no tardaron en contraatacar, pero claro, ellos tienen todo el dinero y todo el poder. Aunque lo más probable es que su publicidad pase desapercibida, hace ya dos mil años que inundan el mundo con sus panfletos y la gente empieza a aburrirse.
El bus ateo
Publicidad laica en Barcelona
Los viejos farsantes
miércoles, enero 07, 2009
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