domingo, mayo 27, 2007

Chávez pide al papa que se disculpe


Por Alejo Rivas Devecchi

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez reclamó en un discurso transmitido por cadena de radio y televisión el pasado viernes 18, que el papa Joseph Ratzinger se disculpe ante Latinoamérica por las expresiones emitidas en su discurso inaugural de la Conferencia del Episcopado de América Latina y Caribe (CELAM) en Aparecida, Brasil.

El sumo pontífice había pronunciado el domingo pasado un discurso con motivo de la apertura de la CELAM. Entonces, el soberano católico delineó claramente las grandes trazas de su política para América Latina. En principio arremetió contra dos de los gobiernos de la región, desconociendo que fueron democráticamente electos por sus respectivos pueblos con altísimos porcentajes de aprobación y de participación electoral. Ratzinger dijo: "En América Latina, al igual que en otras regiones, se ha evolucionado, aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobiernos autoritarios o sujetos a ciertas ideologías que se creían superadas y que no corresponden con la visión cristiana del hombre". Según los observadores del Vaticano, el Papa aludía especialmente a Venezuela y Bolivia. Cabe recordar que el Vaticano es el único estado europeo gobernado por un régimen de gobierno totalitario, una monarquía absoluta.

Luego habló de la familia como "patrimonio de la humanidad" y criticó al "machismo", que "aun por desgracia persiste en la mentalidad latinoamericana, que ignora que el cristianismo reconoce y proclama igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al hombre". Muchas voces se alzaron en respuesta a este pasaje en particular que plantean que el papa parece olvidar que en la iglesia católica que él preside como monarca absoluto, la mujer está relegada a un papel de servicio de la jerarquía masculina de la que él forma parte. La mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes en la iglesia de Ratzinger, sin embargo, lo sacerdotes masculinos se abogan el derecho a decidir sobre la sexualidad de la mujer y sobre su propio cuerpo.

En otro pasaje de su discurso, el papa se refirió a la conquista española de América Latina afirmando que: "En efecto, el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso en ningún momento una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña. Las auténticas culturas no están cerradas en sí mismas ni petrificadas, sino que están abiertas y buscan el encuentro con otras", dijo el Papa.
El pontífice hace alarde de su mala memoria, en este caso olvida que la conquista española, que se realizó en su mayor parte a manos de la inquisición, acabó con un 80 por ciento de la población del Nuevo Continente.

A modo de ejemplo de los métodos de los evangelizadores-conquistadores, podemos recordar brevemente el contacto del Inca Atahualpa con el conquistador católico en la crónica del célebre historiador ecuatoriano Federico Gonzáles Suárez: “Al llegar al Imperio Inca, Vicente de Valverde, fraile dominico, se avanzó hasta el inca con el Cristo y la Biblia, acompañado de Felipillo, el indio intérprete. Le habló sobre el dios Uno y Trino, sobre la pasión y muerte de Jesús; requirió al hijo del Sol, descendiente de Manco y Viracocha, a que adjure su "salvaje idolatría" y abrace la religión cristiana, sola verdadera. Díjole del poder inmenso del soberano español, al que Atahuallpa debía vasallaje, porque el Papa, sucesor de San Pedro, le había regalado todas las tierras de los indios, del uno al otro mar.
Ese día en Caxamarca miles fueron asesinados. El Emperador quedo rodeado de muertos quienes en ningún momento lo abandonaron. Los cristianos lo hacen prisionero y Atahualpa al ver la codicia y vicio de estos les promete un cuarto lleno de oro si lo liberan. Cumplió su parte del trato y le entrego todo el oro, pero los cristianos decidieron matarlo de todos modos. Fray Valverde tuvo su venganza y encabezo un juicio donde se le acusó de violar todos los mandamientos cristianos, incluyendo practicar su religión y estar casado con sus esposas. Fue condenado a la hoguera pero accedió a ser bautizado por Valverde y su pena fue el garrote. De todos modos los cristianos lo quemaron.”

Esa fue la parte del discurso papal que ocasionó la indignación y reclamo de disculpas del presidente de Venezuela, que no fue el único ni el primero en protestar ante los desmanes del mandatario del Vaticano. Al día siguiente del discurso de Aparecida, el lunes 14, la ministra venezolana para los Pueblos Indígenas, Nizia Maldonado, había criticado la alocución del Papa y mantuvo que "la invasión imperial trajo el genocidio más grande de América Latina". La ministra agregó que el objetivo de imponer a los indígenas una religión extraña a su cultura no ha cesado y citó como prueba a "los misioneros que siguen actuando en la región fronteriza" entre Venezuela y Brasil.

El teólogo, filósofo y escritor Leonardo Boff también reaccionó ante declaraciones del papa. Boff es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el cardenal Joseph Ratzinger lo silenció por un año por su libro La Iglesia, Carisma y Poder, donde criticaba a la Iglesia Católica Romana. El teólogo se refiere a la afirmación del papa que afirma que la Teología de la Liberación ha desaparecido, “El propio Vaticano sabe que perdió la batalla. Los dos documentos de 1984 y 1986 no frenaron el movimiento. El nació escuchando el grito del oprimido y hoy ese grito se convirtió en clamor’, agregó Boff.
 
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